Quimbando: el éxtasis de retomar un camino
El ensamble cochabambino desafía toda clasificación y toda reducción. Una fuerte apuesta por el lenguaje poético define toda su obra, aunque a partir de su tercer disco, su ambiciosa exploración musical los llevó a fusionar géneros y estilos disímiles en un sonido propio y único. En Quimbando conviven la impronta de cantautor con tintes de armonía jazzera, fraseos de rock, tradición folkórica y ritmos dislocados en métricas inusuales.
Quimbando: el éxtasis de retomar un camino
Por Pedro Pablo Silón
El ensamble cochabambino desafía toda clasificación y toda reducción. Una fuerte apuesta por el lenguaje poético define toda su obra, aunque a partir de su tercer disco, su ambiciosa exploración musical los llevó a fusionar géneros y estilos disímiles en un sonido propio y único. En Quimbando conviven la impronta de cantautor con tintes de armonía jazzera, fraseos de rock, tradición folkórica y ritmos dislocados en métricas inusuales.
El proyecto fue iniciado en el año 2003 por Marcelo “Chelo” Arias y Mauricio Canedo (Mao Khan), los dos líderes naturales del grupo. Ese año publicaron Cantos y Desencantos, con un aire de trova. Su segundo trabajo, Tentayape o el Último Refugio, contaba con varios invitados y abrió el camino para lo que vendría después.
La incorporación definitiva de Arpad Debreczeni fue el gran salto que necesitaba Quimbando. En 2009 lanzaron “Apaga la Luz”, el álbum más conocido del ensamble. Finalmente, en 2012 aparece “Amanecer en menor”, el trabajo más inspirado del grupo de la Llajta, que para entonces ya contaba entre sus filas con músicos de la talla de Mauricio Cardona, Ramón Ernesto Rocha, Luis Alberto Mercado y Jorge Claros.
Hablamos con Chelo Arias, uno de los dos capitanes de esta gran alineación, para conocer un poco más acerca de Quimbando y de la presentación de este jueves.
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¿Cómo se da esta reunión?
Chelo: Me llamaron de Abya Yala preguntarme de Quimbando; si podíamos participar en un ciclo que están lanzando. Yo les dije que no, que no estábamos trabajando como banda, y que lo que les podía ofrecer es que vaya yo con mi cuarteto o con el quinteto. Pero se lo sugerí o se lo mencioné al Mauricio (Mao Khan). Y él me dijo que lo hagamos. No sé cómo se dio la luz verde. La idea de volver con Quimbando se discutió varias veces y después se daba un paso atrás. Eran conversaciones que teníamos con el Mauri, y no podíamos llegar a un acuerdo, pero en este caso los dos coincidimos en que era un buen momento para regresar con Quimbando, sobre todo porque cada cual ya grabó. Teníamos la idea de que después de la separación de Quimbando cada cual pueda trabajar su música de manera individual. Y tanto el Mao como yo ya lo habíamos hecho, y en este caso el Arpa también sacó un disco muy bello el año pasado. Entonces, con esa misión cumplida, decidimos hacerlo.
Y aprovechando eso, que es más para un público abierto, decidimos tocar en alguna parte, y por suerte, el Luis Daniel (Iturralde), siempre tan generoso y gentil con nosotros, nos ha dado este espacio para poder hacerlo. Pero si bien la fecha era importante, no era el evento central para reunirnos. Lo que podíamos hacer en esta ocasión era juntar nuestro repertorio, el repertorio que hemos tocado el 2017, quitar algunas canciones y añadir 5 canciones inéditas dentro del contexto de Quimbando. Son canciones que han sido grabadas tanto en el disco del Arpa, en mis discos y en el disco del Mauri Khan; eso es lo que vamos a hacer ahora.
No vamos a presentar material nuevo, no vamos a presentar todavía las canciones que estamos preparando y que estamos ya empezando a grabar, porque todavía son canciones que están en producción y quisiéramos presentar ese material específicamente y exclusivamente en la presentación del disco el segundo semestre. Es ahí donde realmente Quimbando va a mostrar lo que estamos preparando, lo que estamos componiendo con el Mauri Canedo, que es de diferentes formatos, desde la letra. Lo estamos haciendo desde la computadora del Mao y desde la guitarra. Estamos utilizando, tratando de utilizar, todos los recursos que tenemos, recursos compositivos, y adaptar esto a la banda y al nuevo sonido. Es la primera vez que estamos trabajando pensando directamente en lo que podría ser el ensamble. Antes trabajábamos pensando en la canción en el texto, en la canción, pero ahora es también el ensamble, pensando en la guitarra eléctrica, en el violín, en la batería, en la percusión, en el bajo, etcétera. Entonces, ese material lo vamos a poner a disposición tanto en material discográfico como en presentación de disco el segundo semestre de este año. No sé todavía si va a ser en agosto o septiembre, por ahí un poquito más, en octubre, pero de eso no pasa.
- ¿Qué significa Exática en este contexto?
Chelo: Le pusimos Gira Exática por el éxtasis que ha supuesto esta reunión, no tanto por el hecho de tocar. Es algo que estimulaba nuestra voluntad de hacer, es el hecho de meternos a crear. Y esta mini-gira, estas presentaciones que vamos a tener por ahora en La Paz y en Cochabamba -espero que en Sucre se abra también- van a ser encuentros de mucha emoción, de mucho éxtasis: el éxtasis que supone el reencuentro con una mirada hacia el futuro, o sea, con la intención de que tenga continuidad. A eso se refiere, sobre todo, el éxtasis de saber que éste no es solamente un reencuentro como el 2016 o el 2017, sino que es un reencuentro que va a marcar la pauta de actividades sostenidas y continuas de Quimbando a partir de ahora, en los próximos años. Va por ahí, más o menos, la palabra Exática en este contexto: el éxtasis que supone un proyecto que se va a retomar y que tiene planes, que tiene proyectos y que tiene la voluntad de hacer permanentemente.
- En su reunión del año 2017 anunciaron nuevas canciones que no vieron la luz. ¿A qué se debió la decisión? ¿Podremos conocer ese material ahora?
Chelo: De hecho, queremos presentar dos materiales, tanto de las canciones que estábamos componiendo entre el 2018 y 2019 con el Mao Khan, como las canciones que estamos componiendo ahora. Vamos a ver si se pueden engranar en un en un solo concepto o definitivamente son canciones que tienen que estar en diferentes materiales. Eso ya lo vamos a ir decidiendo ahora, pero esas canciones todavía las vamos a mostrar el segundo semestre. Por ahora, el material que queríamos plantear está más dentro de la idea de presentar canciones que cada cual ha compuesto individualmente, y eso es lo que vamos a hacer ahora. Como te decía, todo tiene una proyección a futuro más completa.
- Hace un par de años se presentaron en formato trío. ¿Fue está una forma de volver a las bases?
Chelo: La reunión que tuvimos como trío no tenía mucha proyección como tal. Era un concierto que queríamos hacer entre los tres, de alguna manera pensando que, volviendo a ese origen, a ese núcleo, se podría rearticular toda la banda. No tenía mucho cuerpo, no tenía sustancia como tal esa reunión. O sea, no estoy queriendo minimizar ese hecho; siempre ha sido para nosotros muy importante esa fortaleza que hay entre los tres para que esta historia funcione, para que continúe, tenga una estructura, tenga un cuerpo no basado siempre en la composición. Pero después de ese encuentro y esos conciertos que dimos, no pudimos volver a retomar esta idea porque apareció la pandemia y todos estos problemas políticos que hubieron. La intención siempre fue volver a articular Quimbando. Nunca pensamos que iba a ser tan difícil, la verdad. Desde antes de viajar, decíamos, volvemos y retomamos, pero no pensábamos que el grado de dificultad iba a ser tan grande. En fin, ahora estamos otra vez aquí, y tenemos muchos planes que nos dejan extasiados, digamos, de alguna manera.
- ¿Por qué ahora optan por el ensamble grande?
Chelo: Hemos optado por eso, por incluir más instrumentos, darles otras lecturas a las canciones, porque obviamente nosotros hemos empezado haciendo temas con la guitarra, influidos por el folclor, por la nueva trova en Cuba, la nueva canción aquí, siempre en el formato y desde ese sonido acústico. Pero con el tiempo nos hemos ido nutriendo de otras músicas, de otras formas de componer. Y en ese momento decidimos que queríamos incorporar nuevos sonidos. Ya no estábamos quizás tan enfocados en lo poético, en lo que podía ser una letra o no, sino también con el mundo de los sonidos, de las incorporaciones que hemos hecho. Son músicos geniales que aportan muchísimo a las canciones, le dan la fuerza que necesitan.
Habíamos hablado muchas veces encarar nuevamente Quimbando, pero no era el momento, por decirlo así, no había una razón concreta ni especifica ni nada. Pero hace poco, con la invitación de Abya Yala, lo conversamos otra vez y decidimos retomar las canciones que estábamos por grabar las canciones y aprovechar este encuentro en el escenario para proyectar cosas más sustanciales, como un disco. Entonces la banda ha sido parte, en un momento lindo, en un momento en que estábamos abriendo la cabeza a otros sonidos, porque antes nuestro mundo era de 2 guitarras y un violín y 3 voces y ya pare de contar. Pero cuando entró la banda, que igual fue poco tiempo después de que Quimbando iniciara sus actividades. Entonces el ensamble ha sido parte casi desde el principio de Quimbando.
No es nada extraordinario, que retomemos este asunto con la banda. No sé cómo decirlo con precisión, porque la forma retroalimentación que hay en el grupo a partir de los proyectos solistas tiene que ver con las canciones que hemos hecho como solistas, y con que cada uno empiece a incorporarse. No siempre, por supuesto. A veces la canción no necesita de 8 o 7 músicos ahí que estén tocando. Por ejemplo, una de las canciones del Mauri, el “Divertimento #1”, va a ser una canción tocada a trío: él, una guitarra eléctrica y un pandeiro. Estas cosas son aportes en solitario que hemos hecho entre los años 2013 y 2016. Así crece el repertorio a partir de una búsqueda en solitario. Vamos a llevar por ahora un repertorio con muchas canciones de antes y con canciones, entre comillas, “nuevas” que hemos hecho por separado. Y ensamblarlas al interior de Quimbando tiene que ver con un trabajo seccional. Hay tres guitarras, que son instrumentos armónicos, y se van trabajando desde ahí las composiciones. Después pasan a la sección rítmica y la sección melódica, que en este caso es el Arpad, a veces un vientista. Es un trabajo por ahí un poco más lento que antes, pero es igual apasionante. Creo que es uno de los momentos que más nos gusta a los músicos, incluso más que tocar, en mi caso particular. El trabajo creativo que se va haciendo a partir de una idea, como con esas canciones nuevas que vamos a presentar ahora.
- ¿Cómo se retroalimenta la banda a partir de sus experiencias solistas?
Chelo: Alimentan a la banda, al repertorio y, además, son detonadores que nos llevan a otras cosas. Una vez incorporadas a la banda, se disparan otras ideas, y eso va estando en movimiento. Lo importante es que siempre haya material nuevo para trabajar. De lo contrario, estaríamos repitiendo y repitiendo. Como te digo, estas presentaciones que vamos a tener van a estar cargadas de repertorio antiguo, casi la mayoría de las canciones, y un sector de canciones tanto del Mauricio, del Arpad, como mías, que las hemos ido trabajando de manera individual y las hemos ido incorporando en Quimbando.
- ¿Qué se puede esperar del show? ¿Alguna sorpresa?
Chelo: Mira, nosotros nunca hemos sido muy buenos preparando sorpresas dentro del show que sean un detonante o un pico. Tratamos de dictar un poco toda esa parafernalia, porque para nosotros la cuestión está en las canciones, por lo menos para mí, y estoy seguro que para toda la banda también. La verdad es que yo no sé lo que la gente espera de nosotros; tampoco nos ocupamos mucho en investigar qué es lo que quiere la gente. Tratamos de mantenernos al margen de eso, pero por ahí, espero que se concentren en las canciones nuevas, al margen del repertorio grabado de Quimbando. Por ahí son canciones que trazan una línea hacia dónde nos estamos por dirigir con lo próximo que queremos grabar. Pero no sé si la gente va a ir con esa expectativa de buscar algo particular; por ahí ésta sea la última vez que toquemos este repertorio porque luego vamos a estar enfocados en lo nuevo. Entonces, les sugeriría que se disfrute del trabajo que hemos ido haciendo estas cuatro semanas. Y nada: yo siempre expectante de que a las personas les sirva lo que hacemos, lo que decimos.
- ¿Qué planes después de la mini-gira? ¿Podemos esperar un nuevo de Quimbando este año?
Chelo: Esperemos hacer la mayor cantidad de ciudades que se puedan, pero después de estas presentaciones, de esta mini-gira, lo que sobre todo queremos hacer es enfocarnos en las grabaciones. Estamos ya preparando las canciones con el Mao Khan. El Mauri es el que va a producir, el que va a estar metido en la producción musical. Por ahora, vamos a estar entre él y yo componiendo cosas. Ahora el Arpa también ya vive en Cochabamba, entonces seguramente va a ser más fácil. Y lo que nosotros queremos es eso, que Quimbando -y los varios años que ya tiene- no esté detenido, no esté determinado por un repertorio que lo vamos a ir tocando siempre. No queremos que eso suceda eso, entonces para nosotros es más importante como señal de movimiento, y por lo tanto de vida, que se siga generando y se siga documentando cosas nuevas. No sé tampoco si nuestro interés es buscar la “música nueva”, pues me parece muy pretencioso. Hay tanto que ya se ha escrito. Pero lo que sí, vamos a siempre vigilantes de que nos reinventemos todo el tiempo a través de las canciones. Y la gente que está esperando algo de nosotros, ojalá que estén esperando eso. Después del segundo semestre, queremos realmente arrancar con un repertorio totalmente nuevo.